Cabe la idea de reescribir historias?

Estos días he regresado a casa, he encontrado, buscado, recibido, necesitado, visitado y recordado lo que era cuando me fui de aquí. Las cuestiones personales se normalizan, se llenan de sentimientos, de búsquedas y encuentros. De momento las cosas laborales que son las que menos funcionan dejan su importancia de lado y me dedico a disfrutar lo poco que hay de cuando me fui. Soy parte de una familia de costumbres arraigadas y de pronto también soy la parte delgada de la cadena que sin darme cuenta comienzo a romper sin la intención consiente de hacerlo dedicándome a sentir cada vez más la necesidad de correr de un lado a otro sin dar pie a pertenecer a un lugar en específico

He vuelto a casa y busco a quien más necesito, voy de aquí para allá queriendo sentir esa tonta necesidad de libertad que al no tener frustra mi mente y me hace sentir encierro. En pocos días si las cosas marchan como se debe, los momentos de libertad laboral habrán de terminarse y de nuevo las cosas viejas se ajustaran y seguirán el curso normal que toman en mí cuando no estoy donde pertenezco. Regresé y busqué a personas en específico sin la prisa de las veces anteriores aún sabiendo que la cantidad de días libres es enorme. Dediqué mis días a sentir con más calma lo que lejos perseguía, me senté tranquilo a escuchar, me senté tranquilo a pensar y ahora, aunque mi necesidad básica no desaparece, la idea de una nueva mudanza me hace sentir que pierdo lo que encontré en los días de descanso

Las partes irónicas que resultan de mi forma de ser y mi necesidad de desaparecer eran simplemente eso, ironías que solo a mi podían sucederme y ahora parece que la necesidad de la mudanza ayudará a cubrir las penas encontradas en mis últimos días en casa