conocerte cuando más necesitabas a alguien fue un tonto error... más tonto porque no fue mio; yo solo pasaba cuando más sola te encontrabas. decidir no conocerte? esa si fue mi desición porque tu invitación pude no haber aceptado. te escuche reir, te escuche llorar.
en las reglas de la reciprocidad entre personas, así como te escuché me escuchaste; así como te escuche llorar me escuchaste hablarte de lo que me daba miedo. poco a poco comenzaste a liberarte de lo que te tenía triste y caminaste de nuevo a lo que siempre habías sido.
en el camino que dibujaste para ti, yo solo quede mirando cómo te alejabas y cuando mis palabras se perdían en tu distancia, el viento pudo impulsarlas arrepintiendome de lo que en ellas pronunciaba.
y me perdí en los días que me rodeaban, me escondí y con la ausencia marcada por tu partida comencé con lo que normalmente hacia hasta que te volví a encontrar en un boceto no tan marcado pero en ciertas partes un poco gemelo al que tenías cuando te conocí. de nuevo te escuche reir, te escuche llorar y las historias de incertidumbres, amores y dolores se volvieron a compartir.
en un pequeño viaje volví a pararme frente a ti tan solo para sembrar en mi cabeza la duda de si esto será una vieja reproducción histórica de algo que pasó..... la diferencia ahora es que los antecedentes y recuerdos pueden tener una tonta salvación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario